MEMORANZA INFANTIL


Del seminario de San Zoilo .- Carrión de los condes



Por espaciosos pasillos
cuadrangulares,
enfilan los críos
angelicales
sus cuerpos de luna blanca.

Párpados de medio sueño
cierran
la luz opaca , matinal
de los ventanales.

Son la siete de la mañana,
la capilla es un arte de luz
y de cristales.
Bostezan las criaturas,
y se mueven como aves
deshilvanando latines
y epitafios
sacramentales.

¡Gloria in excelsis Deo! Entonan,
mientras rugen las tubas
en los corales.
Como hongos enlutados

y con rostros sepulcrales,
les vigilan lóbregos curas
tras las hojas de los misales.

Se abren como estampas
las tumbas enrejadas
donde
entierran sus pecados
los chavales.

¡Pobres mis lunas blancas!

Cual limosna van dejando
sus vivificantes hojas
de veniales.

Pesa el ambiente del templo.
El olor del incienso
emborracha las nasales
robando a los crios su niñez
de la mañana
entre anillos y figuras
espectrales.

¡Espectros son los sermones!
¡Espectros son la ímágenes¡
Las reglas episcopales
como sables
siegan el colorín
De mis lunas terrenales.

¡ Que púlpito tan tremendo !
¡ Que ecos tan atronantes !
¡Que palabras tan sin verbo!
Emplean los clericales
¡Rezad, rezad, rezad!
Vociferan los gritos pulpitales

Y los chiquillos
ojean  los índices sagrados,
buscando una devoción
entre evangelios
y páginas criminales.

¡Que van a  rezar
los pobrecillos,
si aún les huele el néctar
de los pechos de las madres!







No hay comentarios:

Publicar un comentario